Dar la vida por los ojos del azul aguamarina
donde se pierden las noches confundidas con los días.
Matar por la piel de nácar que en cristal es convertida,
y huir de su cama a gatas con carmín de granza encima.
Morir en la oscuridad que le da el verde vejiga
a la sombra natural que el cabello difumina.
Luchar con la realidad que el ocre amarillo pinta
manchando con aguarrás; y con respirarlo, olvida.
Superior.
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