viernes, 27 de septiembre de 2013

Óleo

Dar la vida por los ojos      del azul aguamarina
donde se pierden las noches     confundidas con los días.
Matar por la piel de nácar      que en cristal es convertida,
y huir de su cama a gatas     con carmín de granza encima.
Morir en la oscuridad      que le da el verde vejiga 
a la sombra natural     que el cabello difumina.
Luchar con la realidad      que el ocre amarillo pinta
manchando con aguarrás;     y con respirarlo, olvida. 


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