Con estas palabras habló una vez la bruja helmántica:
lo que natura no da, no lo presta Salamanca.
También le solía dar un consejo al estudiante:
si te agobias al vivir, y solo deseas la muerte,
al ver la muerte venir, retornarás a agobiarte.
Al pedante criticaba explicando a gritos antes:
¡¡el arte se vive y no se vive del arte!!
Y a quien salía de juerga, irónica, preguntaba:
¿tener tanto que hacer, que al final no se hace nada?
Y lo guiaba en la noche con piedras blancas.
Y lo guiaba en la noche con piedras blancas.
Con estas palabras habló una vez la bruja helmántica.
Quien un día estuvo aquí, nunca olvida Salamanca.
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