Recuérdame donde vayas que yo tengo que olvidar.
Memoriza cada beso cuando tengas que marchar.
El barco me está esperando y al timón el capitán
no me pidas que me quede si es hora de abandonar.
Mi nostalgia entre las olas es solo debilidad
y no puedo arrepentirme, no puedo hacerlo ya más.
No me quitarás el sueño, pues solo sueño contigo
si te sirve de consuelo no dejaré de sentirlo.
Pero es hora de marchar,
que ya está llegando el día
y me está llamando el mar.
Mis noches serán las tuyas, nadie me verá llorar,
no dejaré de sentirte pero debo partir ya.
Dile a la melancolía que no me espere en el faro
que me busque por las aguas entre los desamparados.
Tengo que seguir viviendo, por algo habré de luchar,
si te sirve de consuelo: no digas nunca, jamás.
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