Camino en una nube de insomnio
sin sueños.
Es el culmen del dolor
más indoloro.
Mi sangre
es agua hirviendo.
Extraída en jeringuilla
saldrá transparente,
sabor a lágrima.
Mis ojos se derriten en ojeras
color verdoso,
y mi piel enferma supura ocre
en todos sus tonos.
Por fin estoy empezando
a evaporarme.
Me respirarás, y algún día
podrás sangrarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario