lunes, 18 de noviembre de 2013

Oniria

Camino en una nube de insomnio
 sin sueños.
Es el culmen del dolor
 más indoloro.
Mi sangre 
es agua hirviendo.
Extraída en jeringuilla
 saldrá transparente, 
sabor a lágrima.
Mis ojos se derriten en ojeras 
color verdoso,
y mi piel enferma supura ocre 
en todos sus tonos.
Por fin estoy empezando 
a evaporarme. 
Me respirarás, y algún día 
podrás sangrarme.





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